CREACIONES DE LA NATURALEZA. PAREIDOLIAS Y GAMAHÉS

Las pareidolias

Actualmente se utiliza el término pareidolia (derivada etimológicamente del griego eidolon: "figura" o "imagen" y el prefijo para: "junto a"). para referirse a la percepción de formas reconocibles en patrones vagos. Se trataría de la proyección de imágenes mentalmente preconcebidas sobre objetos naturales o artificiales. Ejemplos:



Visión de animales o rostros en la forma de las nubes / Visión de rostros en las cimas de algunos cerros pedregosos / Imágenes de rostros en aparatos, edificios, etc / Visión de personas o siluetas en el pavimento / Figuras religiosas o humanoides en objetos astronómicos como la Luna, la Nebulosa del Águila/Imágenes religiosas en objetos cotidianos (árboles, piedras, etc.) / Constelaciones.

Arte rupestre

Diversas obras rupestres y sitios arqueológicos a través del mundo, presentan características que permiten asociarlos con el fenómeno de la pareidolia. En ellos, accidentes del paisaje, rocas, etc, presentan formas que similares a personas, animales, etc. sobre las que incluso se ha trabajado posteriormente, pintándolas por ejemplo. Este fenómeno ha servido incluso de herramienta de análisis y de contraste de obras y entornos pertenecientes a diversas culturas del mundo.



El fenómeno de la apofenia

La apofenia (experiencia consistente en ver patrones, conexiones o ambos en sucesos aleatorios o datos sin sentido) permite comprender el mecanismo psicológico por el que determinadas formas accidentales, sugieren al observador relaciones que podrían explicar en parte la génesis de leyendas y cosmogonías de diversas culturas.


El objeto diferenciado y su "significado" surgen de una respuesta cotidiana y automática, generada por la interacción del individuo con su medio. Ante una forma natural gracias a la pareidolia podemos responder la pregunta (consiente o inconsciente) ¿Qué parece?, mientras la apofenia nos permite asignarle un significado.

Percepción de los sagrado. Hierofanía

La hierofanía es el término acuñado por Mircea Eliade en su obra Tratado de Historia de las Religiones para referirse a la toma de consciencia de la existencia de lo sagrado cuando éste se manifiesta a través de los objetos de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano.

Las hierofanías pueden ser de forma simple o complejas. Las simples son cuando se manifiestan a través de objetos, tales como una piedra, un anillo, una espada o un río. Las complejas ocurren cuando estas se manifiestan mediante un complejo y largo proceso, por ejemplo, el surgimiento del cristianismo.

Visión trascendente y cosmogónica. La Realización del Ser

Explorando el asunto desde una visión trascendente y cosmogónica, se han denominado gamahés a los objetos que aparecen en la Naturaleza y que revelan los trazos de un trabajo artístico realizado fuera de las leyes humanas. Dicho de otro modo, son objetos que emanan del reino mineral o vegetal, en los cuales se hayan impresos dibujos, imágenes, fórmulas, que no proceden de arte humano alguno.

¿Cuál es el elemento creador que ordenó esta reunión de elementos plásticos capaz de ofrecer una obra artística que parece hecha por una genial mano humana?

Ante la presencia de éste fenómeno de los gamahés en el reino mineral, vegetal y hasta animal, quizá quepa preguntarse si el alma de las piedras, de las plantas y de los animales no se ejercen imitando a la humanidad, tendiendo así a adelantar la realización o manifestación del Ser. Parece que esas almas en nivel inferior, quieran conquistar muchas veces la forma del rostro humano, como petición de progreso universal.

Miremos las nubes, el follaje de un matorral o entre las hojas de los arboles de un bosque; es fácil descubrir ahí algún perfil, alguna figura. Ello prueba que el rostro y el cuerpo humano en general tienen una forma que es la forma por excelencia. Una promesa de humanidad se imprime y se encuentra en todo lugar.

Un dibujo no es sino una combinación de líneas y la misma naturaleza podría trazar estas líneas por el pensamiento fecundante de sus diversos Reinos. Habiendo sido todas las formas imaginables realizadas por la naturaleza, o por el hombre, es imposible que un grupo de trazos no logre dar la imagen de una cosa conocida ya existente.

Antes de manifestarse una forma, un pensamiento primordial presidió su creación. El concepto arquetípico de Platón nos lo enseña. Antes de modelarse las formas visibles, todo cuanto existe ha sido visto y concebido en el mundo del Espíritu.

Los gamahés y los signos diseminados en la naturaleza no son el producto de una casualidad; son el fragmento de una inteligencia divina, modelado por una voluntad creadora que parece jugar a través de estas anomalías.


La lengua de las piedras

Extracto de  La lengua de las piedras de André Bretón (escritor, poeta, ensayista y teórico del Surrealismo, reconocido como el fundador y principal referente de este movimiento artístico).

"(...) Claro que la cuestión no podría tener sentido más que para quienes piensan que nada de lo que les rodea está ahí para nada, que no puede dejar de importarles en algún aspecto; que una percepción que se repite un número inconmensurable de veces, como la del objeto llamado genéricamente "guijarro", no puede permanecer limitada a sí misma, quedarse en letra muerta. Las sapientes clasificaciones de los mineralogistas los dejan totalmente insatisfechos”.

No hay más que vagabundear por los alrededores de la Orangerie o de las Tuilleries, a lo largo de las orillas del Sena, mucho mejor después de un aguacero, ateniéndose a veces a bajar los ojos, y coger uno de esos fragmentos bonitos para sacarle efectos luminosos en todas sus caras (...)".

"Esta creciente exigencia los lleva a poner cada vez más atención, y cada vez más exclusiva, en esa especie de aportaciones que se caracterizan porque gracias a ellas se puede profundizar más y más en la imagen casi vacía de sentido que la generalidad de la gente se hace del mundo.

"Quiere decirse que, con esto, entramos en el campo de los indicios y de los signos”.

Gaffarel, bibliotecario de Richelieu y limosnero (sig. que ayuda con frecuencia al necesitado) de Luis XIII, consagra el apelativo de gamahés (nombre, cree él, derivado de «camaieau» (camafeo), corrupción de «chemaija», que significa como el agua de Dios) a las piedras grabadas como jeroglíficos. 

Estanislao de Guaita afirma que su teoría apenas difiere de la de Oswald Croll, que, en su Libro de las firmas, sostiene que esas improntas son "las firmas de las fuerzas elementales que se manifiestan en los tres reinos inferiores" y que, mucho antes de ellos, Paracelso había estudiado detenidamente los gamahés, a los que dio el poder de curar. Esta opinión prevaleció en ciertos medios en el siglo XVll, como lo demuestra esta cita de un autor prusiano. "Ocurre a veces que los rayos caídos de las estrellas (con tal que sean de la misma naturaleza) se unen a los metales, a las piedras y a los minerales, que han caído de su posición más alta, los penetran enteramente y se amalgaman con ellos. En esta conjunción está el origen de los gamahés: se penetran de esta influencia y reciben la signatura de la naturaleza".

"El jesuita alemán Athanase Kircher pensó que podría trazar la nomenclatura de los diversos tipos de minerales y explicar las causas de su anomalía que, naturalmente, sólo la divina «Providencia» ha podido disponer".

"En disculpa de los observadores e investigadores de los tiempos pasados, hay una buena alegación: que las formas orgánicas fósiles no se reconocieron como tales hasta Bernard Palissy, y el hecho de que se las confunda con las figuraciones fortuitas que nos interesan tenía, por fuerza, que multiplicar las causas de error".

Verdad es que nunca como hoy sintió el arte la necesidad de insertarse en lo fortuito y otros modos de asociación con el azar en la pintura.

Estamos, totalmente entregados al deseo, a la solicitación y sólo en virtud de ellos puede cobrar valor tan alto el objeto buscado. Entre él y nosotros, como por ósmosis, se van a producir precipitadamente, por vía analógica una serie de intercambios misteriosos.

"(...) tan cierto es que sólo se encuentra aquello que una profunda necesidad reclama, y esto aun en el caso de que esa necesidad sólo se pueda satisfacer de manera enteramente simbólica”.

"Todo cuerpo transparente -piensa Novalis- se encuentra en un estado superior y parece tener una especie de conciencia". Nada más cierto. Se apoya de pasada, en Ritter, que, muy entregado a escrutar el "alma universal propiamente dicha", sostiene que todos los fenómenos exteriores deben llegar a ser explicables como símbolos y como resultados últimos de fenómenos interiores" y que "la imperfección de unos debe llegar a ser el órgano que revela los otros.

"A los pocos días, leo un estudio de A. Lemozi sobre una sepultura neolítica descubierta en Toure Faure (Lot). Parece ser que en la piedra que cubre esta sepultura se destaca una cabeza de lechuza, de lo que deduce el autor que los pueblos neolíticos de la región adoraban a una diosa con cabeza de lechuza, divinidad tutelar de los sepulcros. Con razón o sin ella, cuanto más lo hemos pensado, más hemos creído que la piedra que yo encontré era la representación de la diosa".

Una piedra como ésta, cuyo aspecto intencional llega tan lejos, plantea en realidad un problema insoluble. Tal como es, por la misma ambigüedad de origen, esa duda en que nos deja le da para mí un inmenso prestigio, pues tiende a conferirle una posición clave entre el "capricho de la naturaleza" y la del arte.

Lotus de Paíni sostiene que la fase de Intuición se inicia históricamente en la especie humana en el momento "en que el alma penetra hasta el fondo de la piedra y toda de ella definitivamente las potencias del YO. La piedra.-dice también- confiere a la raza de los hombres el alto privilegio del dolor y de la dignidad". En todo caso, parece fuera de duda que al renunciar el hombre a algunas de sus preciosas facultades es cuando llegó a considerar las piedras como despojos. Las piedras -por excelencia las piedras duras-, continúan hablando a los que quieren oírlas. Hablan a cada cual un lenguaje a su medida: a través de lo que sabe le enseñan lo que aspira a saber. Las hay también que parecen hablarse una a otra y que, acercándose a ellas, se las puede sorprender hablándose. En tal caso, su dialogo tiene el inmenso interés de hacernos traspasar nuestra condición fundiendo en el molde nuestras propias especulaciones la sustancia misma de lo inmemorial y de lo indestructible.