El problema sumerio
El estudio de la propia raza de los sumerios, a la luz de los descubrimientos de restos óseos en varias tumbas de la época, resulta un tanto ambiguo. Las muestras conservadas son una mezcla mediterránea, alpina, o armenia. Tampoco las representaciones tipológicas conservadas en las obras de arte ayudan en absoluto a decantarse por una opción determinada. La procedencia de este misterioso pueblo es quizás el mayor enigma de todos. Ha llamado la atención de los estudiosos que en un ambiente relativamente agreste en donde no había ni metales ni abundante piedra, los sumerios lograran unos avances técnicos sobresalientes para su época. Por todo ello se ha especulado con la posibilidad de que los sumerios provinieran de tierras lejanas a la baja Mesopotamia. Las diferentes teorías presentadas al respecto pueden ser encuadradas en cuatro apartados:
1. Origen anatolio (actual Turquía). Se ha ha argumentado la existencia de cerámicas sumerias con tipología muy similar a las de aquella región, lugar en donde también podrían haber aprendido la metalurgia al ser rico en metales. Para trasladarse hasta la propia Sumer, solamente tendrían que haber utilizado el río Éufrates y descender hasta allí.
2. Argumentos lingüísticos: Algunos estudiosos han visto el origen de los sumerios en algún punto inconcreto del oeste de la India. Esta teoría también se apoya en algunos paralelismos arqueológicos, como el uso de sellos cilíndricos en ambas culturas o la domesticación de animales muy parecidos. El desplazamiento habría sido realizado cruzando el mar hasta la región de Elam, en el Golfo Pérsico.
3. La península Arábiga sería para otros el punto de partida de los sumerios, quienes no tuvieron más que haber cruzado el Golfo Pérsico hasta la Baja Mesopotamia.
4. Teoría de la posibilidad de que los sumerios pudieran venir de algún lugar circundante al Mar Caspio. Se han presentado pruebas arqueológicas muy parecidas a las expuestas en teorías anteriores: similitudes en los cultivos, dominio de la metalurgia, construcciones en terrazas prácticamente iguales, etcétera.
Por mucho que intentemos encuadrar a los sumerios en una cultura u otra, siempre ofrecerán una serie de problemas históricos de difícil resolución. Mucho se ha debatido sobre los conocimientos de Astronomía que tenían los antiguos sumerios. Su legado, ampliamente aprovechado por los caldeos en Babilonia denota unos conocimientos muy avanzados para su época; más allá de la simple observación desde la terraza de un templo. Conocían a la perfección los doce signos del zodíaco y también dominaban los ritmos de algunas estrellas utilizando complejos cálculos matemáticos. De todo ello crearon una creencia que vinculaba los acontecimientos ocurridos en la Tierra con la colocación de los astros en el cielo, de suerte que "podían" predecir acontecimientos futuros.
Estos y otros enigmas son los que dan a la cultura sumeria ese halo de misterio que, sumido en el alba de la civilización, sigue desconcertando a todos los investigadores que se acercan a ella.
Artículo de Nacho Ares. Historiador
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