HIPERBÓREA Y LA EDAD DE ORO


En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia (región del sureste de Europa). Su nombre (griego: Hyper Boreas, "más allá del norte") deriva de que se creía que Bóreas el dios del viento frío que venía del norte habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea.

De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como Dioses. El dios Apolo (dios de la luz y el sol, la verdad y la profecía) conducía cada diecinueve años su carro hacia esta región para rejuvenecer.
Mapa de Abraham OrteliusÁmsterdam 1597:
en la esquina superior derecha dice Hyper Borei
y muestra un continente que ocupa toda el 
área polar


Mito griego, la isla remota y la edad de los héroes

El poeta Hesíodo narra que hubo una edad de los Gigantes (Edad de bronce) edad "violenta y terrible", en que los hombres sólo vivían para la guerra y descubrieron el bronce, que emplearon para construir armas, herramientas e incluso sus hogares (esta raza se exterminó a sí misma debido a su violencia).

Tras esta época, apareció en la Tierra una generación de hombres-héroes, una "estirpe celeste", que vivió inmediatamente antes de la Humanidad actual. La edad de los héroes o edad de oro (la cuarta generación de hombres, anterior a la quinta estirpe, la de la edad de hierro) se cerró con la guerra de Troya (ocurrida en el siglo IX a.C.). El padre Zeus permitió los héroes justos y mejores que vivieran en los confines del mundo, en las Islas de los Bienaventurados cuyo rey es el titán Cronos. Y ellos viven "con el corazón sin afanes, héroes felices a los cuales tres veces al año la tierra fecunda ofrece frutos florecientes y dulces de miel".

En la mitología griega, las Islas de los Bienaventurados, eran una parte del inframundo donde las almas virtuosas gozaban de un reposo perfecto después de su muerte. Estaban situadas en los confines occidentales de Libia (en el Océano Atlántico).

En el mito narrado por Hesíodo los héroes, después de la muerte, vuelven a un estado que tiene todas las características de la Edad de Oro: soberanía de Cronos, rey de la Edad de Oro, isla remota y sin aflicciones cuya tierra produce espontáneamente para gozo de los hombres. El camino hacia la Isla de los Bienaventurados, o según la tradición artúrica Avalón, está reservado al héroe que tenga la fuerza interior necesaria para acometer la empresa mediante la voluntad de sacrificio.

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