MÁS ALLÁ DE LOS SUEÑOS. EL PURGATORIO


El Purgatorio, en la teología católica y la copta (cristiana egipcia), es un estado transitorio de purificación y expiación donde, después de la muerte, las personas que han muerto sin pecado mortal pero que han cometido pecados leves no perdonados, o graves ya perdonados en vida, pero sin satisfacción penitencial por parte del creyente, tienen que purificarse a causa de la pena temporal contraída para poder acceder a la visión beatífica de Dios (conocimiento inmediato de Dios. Visión de la esencia divina y gozo en ella).

Debido a que todo aquel que entra en el Purgatorio terminará entrando al Cielo, el purgatorio no es una forma de infierno propiamente dicha aunque pertenece a la zona baja del más allá en el mundo astral. Las plegarias a Dios por los muertos por ejemplo, pueden acortar la estancia de una o varias almas que estén en dicho estado.

Pasado un cierto tiempo (el imprescindible), el fallecido habrá acabado de visionar sus acciones perversas o contrarias al propósito divino y también habrá absorbido las energías infernales por el generadas. Este proceso marca el final de su infierno, tras el cual volverá de nuevo a contemplar a "película de su vida·, aunque esta vez sólo verá aquellas otras acciones que generaron daños leves, indirectos o involuntarios.

Las regiones más bajas del astral configuran la zona purgatorial. Estas tres serían la tierra de nadie, el infierno y el mismo purgatorio.

La cuarta región constituye el elemento de separación entre éstas y las regiones propiamente celestiales. Pero en ésta no existen ni el sufrimiento ni la felicidad sino la apatía y la ausencia de toda motivación. Es el espacio que acoge a aquellos seres que en vida nunca tomaron partido por ninguna causa, los tibios que pasaron por la vida sin dejar la menor huella de su existencia.

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