SIGNIFICADO DEL PECADO ORIGINAL


El pecado original. Origen y consecuencias


La tradición talmúdica (discusiones rabínicas) identifica este acto como "la falta primordial" de la desobediencia al mandato divino. Sin embargo, los efectos de este pecado se reducen a castigos personales, como la expulsión del paraíso, la multiplicación excesiva de la dificultad del trabajo (no el trabajo en si mismo que es descrito antes como un don divino y precedía al pecado mismo), la enfermedad, la vejez y la muerte.

Las corrientes renovadoras dentro del judaísmo interpretan la caída como el primer acto de libre albedrío del hombre, y lo consideran como parte del plan divino, puesto que la falta representaría la admisión de la responsabilidad; el mito de la caída sería una imagen del pasaje a la adultez y la autonomía.

Desde el punto de vista cristiano la teología escolástica distingue entre el pecado original originante (el acto concreto de desobediencia cometido por Adán y Eva), y el pecado original originado, con las consecuencias que el mismo provocaría sobre la constitución de la especie humana. En virtud del segundo, no sólo se perderían los dones preternaturales de la inmortalidad y la exención del sufrimiento, sino que las capacidades del espíritu humano (morales e intelectuales) carecerían de su vigor natural, sometiendo la voluntad a las pasiones y el intelecto al error. De acuerdo a la doctrina fijada en el concilio de Trento, la condición de "naturaleza caída" (natura lapsa) se transmite a cada uno de los nacidos tras la expulsión del Edén.

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