THULE E HIPERBÓREA

Tule  es un término usado en las fuentes clásicas para referirse a un lugar, generalmente una isla, en el norte lejano. A menudo se cree que pueden haber sido diversos lugares como Escandinavia. Otros creen que se localiza en Saaremaa en el mar Báltico.


Ptolomeo,  astrónomo, astrólogo, químico, geógrafo y matemático greco-egipcio, a propósito de Thulé, refiriéndose a un pasaje de Piteas Masaliota el Nauta, dice: "Piteas menciona que en la extremidad última de la tierra está la región de Thulé, la más septentrional de las regiones de la Britania, donde el trópico de verano coincide con el círculo ártico". El nombre Thulé no aparece en el germano común ni en ninguna fuente escandinava, pero se halla en fuentes inglesas: en el antiguo inglés Pyle, Tile y luego Tile.


Según algunos autores Thulé designaría la más septentrional de las islas Shetland.

Sea como fuere Thulé representaba para los antiguos el límite extremo del mundo de los hombres, más allá del cual se extendía el Otro Mundo. Las formas griegas (Thoúle) y latinas (Thule) del nombre deben haberse formado sobre el bretón.


En irlandés tola o tolae significa "inundación", pero también "abundancia" y "ejércitos". En Homero la isla de Ogigia, llamada "ombligo del mar", se sitúa en un lugar remoto en el vasto Océano. Esta isla también se la ha relacionado con la Atlántida.

Si se interpretara el nombre de la mítica isla de Ogygia según dos raíces gaélicas, og, "joven", "sagrado", y iag, "isla", obtendríamos "Isla de la Juventud" que coincidiría con la denominación de Tìr na n' òg, "país de la juventud", que en Irlanda se da a la región nórdico-hiperbórea de Avalón

Plutarco (siglo I d.C.), hablando de la mítica Isla al norte del mundo, sede de Cronos, dice que el dios de la Edad de Oro recibe de aves sagradas la ambrosía de la inmortalidad (el simbolismo de la copa y de la bebida de inmortalidad se halla siempre unido a hiperbórea) y dice también que un mes al año el sol desaparece sólo por una hora al día mientras que el resto del tiempo el cielo brilla con una pálida luz crepuscular, característica que coincide con una sede ártica

El emperador romano Constancio Cloro, al frente de sus legiones, emprendió marcha hacia la Gran Bretaña, según una tradición, con el fin de buscar la tierra sacra "más cercana al sol" y para contemplar a Cronos en la claridad apoteósica de "un día casi sin noche". De cualquier modo, el retorno del emperador al Norte tiene ante todo un sentido alegórico de un encuentro con el Centro supremo del poder primordial: la Isla Hiperbórea.

Refiriéndose al recuerdo de la sede hiperbórea, Lactancio (siglos III y IV) afirma que, tras la caída de Roma, el Príncipe que habrá de restaurar el orden universal que vendrá "de los extremos confines de las regiones del Norte".