ARISTÓTELES. SUSTANCIA, ALMA Y CONOCIMIENTO


Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.) fue un filósofo y científico de la Antigua Grecia. Es uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de 2.300 años, siguen ejerciendo gran influencia sobre muchos pensadores contemporáneos. Su filosofía constituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la Grecia antigua. Pese a ser discípulo de Platón, Aristóteles se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar un pensamiento de carácter naturalista y realista


Frente a la separación radical entre el mundo sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de aprehender la realidad a partir de la experiencia. En contra de las tesis de su maestro, consideró que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, sino que estaban inmersos ellas, como forma específica de la materia. Por ello, dio gran importancia a los estudios científicos y a la observación de la naturaleza.

La metafísica

Con la metafísica pretende llegar a saber "de los principios y de las causas primeras". Aborda los temas  en lo que llama "filosofía primera", ciencia que considera el ser en cuanto ser. Por ocuparse de las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada una ciencia de lo divino, una ciencia teológica.

Plantea los diversos significados de 'lo que es'; la unidad que adquiere una multiplicidad en virtud de su referencia común a algo (pròs hén): a una misma cosa (ámbito de lo real) y a un mismo significado (ámbito del lenguaje).

Aristóteles propone la ontología (estudio de lo que hay, es decir qué entidades existen y cuáles no) como un proyecto de ciencia con pretensión de universalidad, la que  corresponde al estudio de "lo que es", en tanto algo que es, y no en tanto que es, por ejemplo, fuego, número o línea, en cuyo caso estaríamos en la perspectiva de una ciencia particular (la física, la aritmética y la geometría, respectivamente). Esta forma de unidad comporta saber qué es primero y qué es universal en la medida en que hay una referencia al verbo ser (una única naturaleza y un único principio, el arché)

"así también 'algo que es' se dice en muchos sentidos, pero en todos los casos en relación con un único principio"

Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. En todo ser está la sustancia (ousía, esencia de cada ente) y el accidente (cualidad que no existe en sí misma sino en la sustancia). Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios: materia, que dice de qué está hecha una cosa, y forma, disposición o estructura de la misma.

Para explicar el cambio se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser.  Aristóteles entiende el cambio y el movimiento como el paso de lo que está en potencia a estar en acto, por la acción de las causas. Hay cuatro causas: formal, que constituye la esencia como forma de la sustancia; material, como soporte de la forma y si no tiene forma es pura potencia de ser (y al no tener ninguna determinación, no es nada); eficiente, que produce el movimiento y causa final (o teleológica)

Esta última es muy importante para él, ya que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.

La ciencia metafísica de Aristóteles culmina en la teología, que se ocupa del "ser que existe", del ente en su sentido más pleno, la forma pura sin materia. Para probar la existencia del ser, emplea estos argumentos: "Entre las cosas que existen, una es mejor que la otra; de allí que exista una cosa óptima, que debe ser la divina"


El predicamento cosmológico

Las cosas de este mundo son perecederas, y por lo tanto sufren el cambio; este cambio sucede en el tiempo. Cambio y tiempo son eternos; y para que se produzca el cambio o movimiento eterno ha de existir una sustancia eterna capaz de producir ese movimiento. Pero no podemos dirigirnos al infinito para buscar las causas de las causas, por lo que debemos llegar a un Primer Motor inmóvil. Este motor es Dios, concebido por Aristóteles como fuerza inmaterial inalterable. 

Alma y conocimiento

Todos los seres vivos son poseedores de alma (psyché), con lo cual se distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma

Vegetativa (propia de las plantas, pero presente también en los animales y en el  hombre).
Sensitiva (propia de los animales y del hombre). 
Racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es causa del movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea.

Con respecto al conocimiento, Aristóteles afirma que la mente, al nacer, es una tabla rasa, en la que nada hay escrito. El 
conocimiento comienza en los sentidos, como nos demuestra la experiencia. Las captaciones de los sentidos son aprehendidas por el intelecto, generándose así el concepto. De esta forma llegamos al conocimiento suprasensible.

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