ATLÁNTIDA Y EGIPTO


Albert Slosman, profesor de matemáticas y doctor en análisis informáticos, participó en el diseño de programas de la NASA para el lanzamiento de las sondas Pioneer sobre Júpiter y Saturno entre 1.973 y 1.975. En 1.973 dio a conocer el resultado de sus investigaciones con la publicación del libro El gran cataclismo, sobre hundimiento de la Atlántida y el éxodo de parte de sus habitantes hacia colonias establecidas por ellos años antes.

Un exhaustivo trabajo de documentación y de campo que le llevaron a dos lugares: Los templos egipcios de Dendera y Abydos, al sur del Nilo.


El zodíaco de Dendera señala la fecha en que tuvo lugar el cataclismo atlante, que según Solsman, ocurrió hace 12.000 años, aproximadamente en el año 9.792 a.C. Cuando se produjo el cataclismo posiblemente por un objeto caído del espacio, y que produjo los dos grandes agujeros de la fosa de Puerto Rico, se activaron los cráteres de la zona de Florida y los volcanes del cinturón de fuego del Atlántico.

La liberación masiva de magma produjo el hundimiento de la plataforma geológica atlante. Sin embargo, estos acontecimientos podían haber sido previstos por la población atlante, lo que les permitió la preparación del éxodo posterior. Aquel impacto ocasionó el vuelco de la Tierra, girando su eje 180 grados. La tecnología de los atlantes les facilitó salir en todas direcciones, en embarcaciones denominadas mandjit, que después los egipcios emularían en la forma de sus barcas sagradas.

Un grupo grande, dirigido por Usir, Iset y Hor, se dirigieron hacia ka que era para ellos "La Tierra de Poniente" o Mogreb (actual Magreb), que cuando el eje de la Tierra cambió se transformó en el Este.

Los nombres de los príncipes que dirigieron esta expedición se transformaron en los que hoy conocemos como Osiris, Isis y Horus, los "Primogénitos", que en tiempos ancestrales aparecen como los dioses que, huidos de la Atlántida, se dirigieron hacia las colonias preestablecidas antes.

Los Ideogramas

Esta epopeya está relatada en capítulo XVII del Libro de los Muertos. A este respecto Slosman  interpreta los jeroglíficos no en el sentido de signos alfabéticos, sino como ideogramas sagrados y por tanto secretos, reservados a la casta sacerdotal o a altos grados iniciáticos.

Según Slosman: "Estos jeroglíficos siempre fueron objeto de una consideración, porque las imágenes eran portadoras de un mensaje celeste: El de la Ciencia Divina. Su significado simbólico solo puede ser místico o iniciático, con un sentido altamente espiritual y por ello no podían ser conocidos por el pueblo. Esto significaría que existía una escritura popular que se leía en voz alta y era hablada (demótico)  Es de suponer que el jeroglífico sólo era un lenguaje escrito destinado a la conservación de la Tradición Original".

Esto es lo que Champollion, descubridor en 1.882 de la piedra Rosetta, recoge en su libro De la escritura de los Antiguos Egipcios, en el que afirma: la escritura jeroglífica, en modo alguno es alfabética, representa cosas, no sonidos". Este texto se hizo desaparecer para no herir susceptibilidades.

Champollion  remontó las dinastías faraónicas al año 5.285 a.C., es decir, antes de la teórica aparición oficial bíblica de Adán, que según la Iglesia Oficial a través de Monseñor Affre, Arzobispo de París, se remontaba al 4.004 a.C. Esta fecha se mantuvo hasta 1.956, cuando la Comisión Bíblica pide que "se restablezca la verdadera cronología de esta parte del Antiguo Testamento."

El más allá

El "más alla" egipcio es el nombre de un país que fue sumergido por la cólera de Dios. Este país se llamaba Aha-Men-Ptah (Amenta para los griegos), cuya traducción es: "Primer corazón o corazón primogénito, de Path". Según muchos textos Path es el "Dios Único", el "Todopoderoso".

Por otra parte "faraón" es una palabra griega que en jeroglífico es Pher-Aon o "descendiente del Primogénito". Y el primogénito es Osiris (los primogénitos del Aha-Men-Ptah, engullido por el mar). Los supervivientes de ese país se establecieron en Ath-Ka-Path, que significa "segundo corazón de Path", cuya fonetización griega es: Egyptos.

Lo que Slosman parece establecer en su "primera traducción integral", es la Teología Original del mundo, de la cual todas las cosas habrían derivado. Según él, esta teología es "absolutamente monoteísta e idéntica al dios de Abraham o Moisés".

La desaparición de la Atlántida hace unos 12.000 años, no habría sido total. Existen escritos de que más allá de las Columnas de Hércules existieron multitud de islas que fueron desapareciendo en tiempos históricos y que sólo permanecieron los puntos más elevados del continente desaparecido, lugares que hoy conocemos como Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde.