MITO GRIEGO DE LA CREACIÓN PELAGASO


La versión de Robert Graves del mito de la creación pelasgo presenta una única diosa creadora que domina al hombre y antecede a todas las demás deidades. La diosa da a luz a todas las cosas.


En el principio EURÍNOME, la diosa de todas las cosas, surgió desnuda del caos, pero no encontró nada en que apoyarse. Entonces separó el mar del cielo y bailó sobre las olas. Su baile originó los vientos, los atrapó y los fregó con las manos y creó la gran serpiente OFIÓN.

Eurínome continuó bailando y Ofión se enroscó entrono a ella. La diosa se transformó en una paloma y voló sobre las olas. En ese momento puso el HUEVO CÓSMICO, y Ofión se enroscó en el huevo y lo empolló; el huevo se abrió y de la parte superior surgió el cielo, las estrellas y los planetas, y de la inferior, la Tierra, las montañas, los ríos y los seres vivos.


Eurínome y Ofión se instalaron en la montaña del Olimpo. Ofión alardeó de haber creado el Universo, y la diosa, enfadada, le arrancó los dientes de una patada y le desterró para siempre a las cavernas bajo tierra. Después creó los Titanes y puso al sol, la luna y los cinco planetas a cargo de ésto por parejas.

De los dientes de Ofión surgió PELAGASO, el primer hombre y después otros, y la diosa les enseñó a construir cabañas, a cose túnicas y a recolectar bellotas.