EL I CHING Y LA LEY DE LOS CINCO MOVIMIENTOS



La utilización que más se ha dado al libro I Ching ha sido la de recibir información y orientación ética sobre los caminos que una persona puede seguir en una determinada situación. Para consultar el I Ching, lo primero que se hace es conocer el hexagrama por el que se rige la situación presente que nos va a servir de punto de partida; para ello nos valemos del azar lanzando monedas o tallos de milenrama. Es precisamente el acto de lanzar y que caigan las monedas de una forma determinada, lo que nos lleva a establecer una conexión entre el subconsciente de ese instante y la dimensión sin tiempo, donde pasado, presente y futuro se confunden.

Estas mutaciones o situaciones tiempo-espaciales precisas van a afectar constantemente a la dinámica de los “Diez Mil Seres”. Del yin interactuando con el yang por medio del Tao, surgen toda la infinita gama de posibilidades que se manifiestan en el universo: son los "10.000 seres".

El Yin y el Yang expresan la dinámica vital en un sentido cósmico, mientras que los hexagramas del I Ching describen las mutaciones de la vida enlazando el presente con las dimensiones sin tiempo y sin espacio.

Si colocamos los ocho trigramas en línea, comprobamos que nos encontramos con seis combinaciones colocadas entre dos situaciones extremas: el Yang total y el Yin total, que de alguna manera debemos descartar a la hora de considerar el fluir constante y cambiante de la vida, ya que dichas posiciones extremas son simplemente referencias. Hay que aclarar que el Yin y el Yang son absolutos, incompatibles con la vida, ya que ésta está considerada como cambio o fluir que precisa de la combinación de cierta proporciones de ambos principios.

Los seis elementos que quedan entre dichos extremos constituyen las Seis Energías que animan la vida. En orden de mayor a menor proporción de Yang, o de menor a mayor proporción de Yin:


Los cinco elementos y la Ley de los Cinco Movimientos

Las Seis Energías cristalizarán, finalmente, en cinco pilares básicos sobre los que se estructura la organización de la materia, quedando libre una de ellas para poder establecer la "conexión umbilical" entre el Cielo y la Tierra. Los cinco pilares básicos se conocen con el nombre de los "Cinco Elementos" y a las leyes que regulan sus influencias mutuas se las conoce como "Ley de los Cinco Movimientos".

Los cinco elementos reciben el nombre de Madera, Fuego, Tierra, Metal, y Agua. Estas denominaciones son simbólicas y no se debe forzar una equivalencia con lo que nosotros comprendemos de tales conceptos, porque impediría penetrar en su significado profundo.

Nuestro mundo

En este momento llegamos al mundo que percibimos con nuestros sentidos, donde la vida se manifiesta en las formas que nos son familiares, quedando todo lo anterior, al otro lado del espejo de Maya o de la ilusión como dirían los hindúes. Tenemos así, animales, plantas, colores, estaciones, sonidos, fenómenos atmosféricos, órganos, sentidos (y todo lo que podamos percibir), marcados o influidos por alguna de las cinco improntas mencionadas.

Toda la filosofía, la pintura, la música y el arte en general, están influidos por la Ley de los Cinco Movimientos. Los ciclos históricos y el propio ciclo de la vida de un ser humano, se adaptan también a ella.