LA VOLUNTAD CREADORA DE LA NATURALEZA



El arte y los Reinos de la Naturaleza

Existen objetos que aparecen en la Naturaleza y que revelan los trazos de un trabajo artístico realizado fuera de las leyes humanas. Emanan del reino mineral o vegetal, en los cuales se hayan impresos dibujos, imágenes, fórmulas, que no proceden del arte humano. 

Gaffarel, bibliotecario de Richelieu y limosnero (sig. que ayuda con frecuencia al necesitado) de Luis XIII de Francia, consagró el apelativo de gamahés (nombre, creía él, derivado de "camaieau" (camafeo, relieve obtenido en piedra preciosa), corrupción de "chemaija", que significa como el agua de Dios) a las piedras grabadas como jeroglíficos


Imitación de la humanidad

¿Cuál es el elemento creador que ordenó esta reunión de elementos plásticos capaz de ofrecer una obra artística que parece hecha por una genial mano humana?

Ante la presencia de éste fenómeno de los gamahés en el reino mineral, vegetal y hasta animal, quizá quepa preguntarse si el alma de las piedras, de las plantas y de los animales no se ejerce imitando a la humanidad, tendiendo así a adelantar la realización o manifestación del SerParece que esas almas en nivel inferior, quieran conquistar muchas veces la forma del rostro humano, como petición de progreso universal.

Miremos las nubes, el follaje de un matorral o entre las hojas de los arboles de un bosque; es fácil descubrir ahí algún perfil, alguna figura. Ello prueba que el rostro y el cuerpo humano en general tienen una forma que es la forma por excelencia. Una promesa de humanidad se imprime y se encuentra en todo lugar.

Un dibujo es una combinación de líneas y la misma naturaleza podría trazar estas líneas por el pensamiento fecundante de sus diversos Reinos. Habiendo sido todas las formas imaginables realizadas por la naturaleza, o por el hombre, es imposible que un grupo de trazos no logre dar la imagen de una cosa conocida ya existente.

Visión trascendente y cosmogónica de la pareidolia

Antes de manifestarse una forma, un pensamiento primordial presidió su creación. El concepto arquetípico de Platón nos lo enseña. Antes de modelarse las formas visibles, todo cuanto existe ha sido visto y concebido en el mundo del Espíritu.

Los gamahés y los signos diseminados en la naturaleza no son el producto de una casualidad; son el fragmento de una inteligencia divina, modelado por una voluntad creadora que parece jugar a través de estas anomalías.