LA LEYENDA DE MU, LA ISLA BLANCA



Para algunos investigadores, Mu, identificado con el mítico “paraíso terrenal”, sería la civilización madre de la humanidad. Su cultura influiría en los pueblos indostanos (región del Subcontinente indio, que comprende India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, las Maldivas, Bután y Nepal), mesopotámicos y helénicos.
Área de localización del continente Mu

Para hablar de Mu se tiene que citar al coronel británico Curchward pues es gracias a él que conocemos la historia del misterioso continente. Según éste, los documentos múridos están ocultos en ciertos templos tibetanos, y lo más llamativo, las tablillas de Churchard están escritas en la primigenia lengua naacal, idioma desconocido por la arqueología oficial.

Conexión con Agharta

Tras complementar sus misteriosos informes con el mito aghartiano y otras leyendas asiáticas, el británico reconstruye la leyenda de Mu. El misterio de Agharti, una antiquísima tradición indostana, fue estudiado por el historiador Harold Wilkins, quien la transcribe así:

“Con el trueno poderoso de su rápido descenso desde insondables alturas, rodeado de llamas que inundaban el cielo de lenguas de fuego, apareció el carro de los hijos del Fuego, de los Señores de la llama, venidos de la Estrella Esplendorosa. Se detuvo sobre la Isla Blanca del mar del Gobi, verde y maravillosa, cubierta de olorosas flores…”

La paradisíaca isla estaba poblada por Sanat-Kumará y sus compañeros (gigantes de piel cobriza, ojos azules y cabellos negros), que introdujeron entre los pueblos ribereños el fuego, el trigo y las abejas, es decir, los fundamentos de la civilización.

Las estancias de Dzyan y extraterrestres

Las “Estancias de Dyzan” confirman la leyenda  hindú. Según el enigmático libro (entregado a la teósofa María Elena Blabatsky por un hermitaño tibetano), un “barco celeste”, procedente de la “Estrella Blanca” aterrizó en aquellos lugares hace 18.619.817 años. Sus tripulantes, los Señores de la Sabiduría, vivían en otras lokas (esferas) y aportaron a la agricultura terrestre especies vegetales desconocidas.

Los educadores “divinos” (escribe Churchward) son venusianos. ¿Por qué? Porque tibetanos e indios denominan Estrella Esplendorosa (o Blanca) a Venus.

Dominada Mongolia, los extraterrestres ocuparon un vastísimo continente hoy desaparecido, creando la civilización múrida. El imperio comprendía tras inmensas regiones, separadas por dos canales. Tenía 64 millones de habitantes, pertenecientes a diez razas diferentes, si bien la estirpe dominante era venusiana.

La Venus de Brassempouy (29000-22000 a. C.)
de rostro extraño y misterioso, 
con la cabeza rayada al igual que los meridianos 
y paralelos del globo terráqueo y sin boca ¿por qué?


La migración muriana

Hacia el 19.000 a. C., los múridos iniciaron una doble migración. Los pueblos orientales conquistaron Sudamérica, donde establecieron una pujante colonia, madre de las posteriores civilizaciones precolombinas. ¿Qué datos avalan esta hipótesis? Principalmente tres: el calendario azteca prehistórico de piedra de Tizoc, gracias al cual el coronel fechó la invasión; las tablas de piedra de Azcapotzalco y sobre todo, la escritura jeroglífica preincaica, descubierta por William Niven en los Andes, muy semejante a la lengua naacal.

Las razas occidentales, partiendo de Uigur (actual Manchuria) dominaron Asia y Europa Meridional. Aquí se toparon con otro gran continente perdido: la Atlántida, aunque Churchward no estudia las relaciones entre ambas culturas. Se limita a afirmar que Mu es más antiguo.

El fin de mu

¿Cómo terminó Mu? Tragado por las aguas hace 9.000 años. Basándose en manuscritos mayas (pseudotraducidos por los americanistas franceses Le Plongeon y Brasseur de Bourbourg) y documentos múridos conservados en Lhasa (capital del Tibet), el coronel describe con estas palabras el final del imperio:

“Cuando la estrella Bal calló allí donde hoy no hay más que mar, las siete ciudades se estremecieron con sus puertas de oro y sus templos, surgió una gran llamarada y las calles se llenaron de un denso humo. Los hombres temblaron de miedo y una gran multitud acudió al palacio del rey. El rey dijo: No os he predicho todo estó? Y los hombre y las mujeres, vestidos con atuendos preciosos y adornados con collares le rogaron: ¿Sálvanos Ra-Mu!. Pero el rey profetizó que habían de morir todos con sus esclavos y sus hijos y que de sus cenizas nacería una nueva raza humana.”

Tras el impacto, las tierras temblaron y se hundieron; poco después, las aguas cubrieron las siete ciudades: Mu pasaba a la leyenda.

Realidad o ficción

¿Los estudios de Churchward son verdaderos o falsos? Naturalmente habrá una base real, pero los datos históricos están tan camuflados que es difícil distinguir la realidad de la fantasía. La Estancias de Dzyan es un libro considerado apócrifo por los orientalistas, con contenidos filosóficos pero no históricos. Por otra parte, la “lengua sagrada Himalaya”, el naacal, no ha podido se corroborada por la arqueología  y se le ha relegado al campo de lo fantástico y mítico.

Sin embargo, la arqueología y el folclore polinesio inducen a pensar que existió una cultura elevada en el pacífico.