LEYENDAS Y SECRETOS DE LA GRAN ESFINGE



La tradición griega habla de una esfinge monstruosa que procedía del linaje más horroroso: hija de la Sierpe Equidna, del león de Nema, del dragón Ladón, de Quimera y de la Hidra policéfala. El engendro solía aparecer cerca de Tebas y despedazaba a los caminantes que no respondían positivamente al siguiente acertijo:


¿Cual es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al mediodía, y tres por la noche? Edipo halló la solución: ¡El hombre! ¿Por qué? Porque en su infancia se arrastraba a cuatro patas, camina sobre dos de mayor, y cuando llega a la ancianidad necesita el apoyo de un bastón, o el tercer pie. Al oir esta respuesta, el monstruo se arrojó desde una roca al abismo, y Edipo fue proclamado rey de Tebas.

Desgraciadamente, el enigma de la Esfinge de Gizeh, colocada junto  a las pirámides como un silencioso guardián, no ha sido resuelto desde el periodo faraónico. A diferencia de su congénere heleno, la esfinge egipcia era masculina, tiene cuerpo leonino y cara humana. El rostro y parte del pecho fueron esculpidos en roca viva; mientras que las garras y el resto del tronco se construyeron con ladrillos. 

Algunas medidas son: boca: 2,32 metros; nariz. 1,70 m; orejas: 1,37 m; longitud desde la cola a las garras: 73,5 m.

¿Un retrato real?

La mayoría de las esfinges egipcias eran retratos reales, pero ¿lo es también el hombre-león? Los egiptólogos sostienen que fue erigida por el faraón Kefrén, luego sería la representación del monarca. Ahora bien, el eminente arqueólogo francés Auguste Mariette (1821-1881), excavando bajo la esfinge descubrió ( a 70 pies de profundidad) un gigantesco templo (que pasaría a denominarse el Templo de la Esfinge) y ciclópeas construcciones, carentes de inscripciones o pinturas, cuya existencia, ningún historiador suponía. Allí encontraron "alhajas de oro que (escribe el francés) que por la ligereza de su peso, podían hacer creer en el empleo de la galvanoplastia, ciencia industrial conocida por nosotros desde hace pocos años".

La leyenda de Tutmosis

Según Mariette, las ruinas tenían una antigüedad de 8.000 años. Una tabla erigida posteriormente por unos sacerdotes entre las garras de la esfinge, corroboraría la tesis. El obelisco evoca el recuerdo de una aventura saucedida al príncipe Tutmosis cuando, rendido por la fatiga de una emocionante y prolongada partida de caza, se acostó a la "sombra del Gran dios": ¡Mírame, le dijo la esfinge, levanta los ojos hacia mí, hijo de Tutmosis! Yo soy tu padre, el dios Harakhte-Khepere-Re-Atum. Quiero darte la soberanía real... A ti te ha de pertenecer la Tierra en toda su extensión... Las riquezas de Egipto, y los elevados tributos de todos los países son para ti, y también mi corazón. Ya hace muchos años que mi rostro está dirigido hacia tí, y también mi corazón. Me oprime la arena del desierto sobre el que me encuentro: Prométeme que cumplirás mi deseo, ya que eres mi hijo y mi salvador..." Poco después, convertido en Tutmosis IV, el faraón mandó retirar la arena y edificar un muro para proteger el monumento de las dunas.

Estancias subterráneas


¿Tiene la esfinge una misión funeraria? Mariette, recogiendo los datos suministrados por Plinio el Viejo, propuso: "No es imposible que dentro, en alguna parte del monstruo, haya una cripta, una caverna o una capilla subterránea que sea una tumba".

¿Un templo solar?

El egiptólogo y explorador Abd El-Latif (1162 – 1231) afirmó que el rostro de la escultura presentaba "un tono rojizo y un barniz coloreado". Tras los estudios del egiptólogo francés André Pochan sabemos que las grandes pirámides (templos solares) estaban pintadas. ¿Es la esfinge un monumento solar? Los antiguos egipcios la denominaban "Hu", o protector ¿Era Hu el guardián del dios Ra? Posiblemente, pues llevaba también el nombre de "Hu Hor-Emakhet-Ku", o "Protector de Horus-en-el-horizonte".

Por otra parte, la destrozada y enigmática cabeza del hombre-león, lucía un ureus, serpiente que simbolizaba, según los antiguos egipcios, el compañero inseparable del Sol durante su recorrido nocturno.

La esfinge que hablaba

La relación con el Culto Solar es evidente. Ahora bien, ¿podía desempeñar otras funciones? El viajero alemán Johann Helffrich escribió en 1565: "... "Al acercarnos descubrimos una gran cabeza tallada de una piedra, que se eleva a gran altura (...). Esta escultura está vacía por dentro, de suerte que se puede entrar en ella e ir y venir bajo tierra desde muy lejos, a través de un corredor hecho de piedra. Por este corredor entraban los sacerdotes paganos al interior de la mencionada cabeza, y desde ella hablaban al pueblo y así le persuadían de que era la cabeza o la figura la que hablaba por sí misma".

Lugar iniciático y secretismo

Los misterios isíacos no solo se celebraban en la Gran Pirámide, sino también en otros parajes, como Dendera, Memphis y... la Esfinge ¿Estaba el hombre-león relacionado con con los dioses Isis y Osiris? El testimonio del filósofo griego Jámblico podría suponerlo: "En la esfinge y bajo ella se cruzaban corredores que comunicaban con la parte subterránea de la Gran Pirámide e interrumpiéndose de tal forma que, si se penetraba sin ser guiado, se regresaba nuevamente a esta salida, o a aquella de la cual no había retorno posible".

Una explicación astronómica

El australiano Andrew Thomas propone una explicación astronómica. Según él, el torso leonino de la esfinge simboliza el ciclo astronómico de Leo; mientras que su cabeza humana representa a Acuario. Así pues, lo mensaje del monstruo sería "desde el periodo de Leo hasta la edad futura de Acuario". ¿Qué puede ofrecer el engendro pétreo a los futuros hombres Acuario? ¿Una "cápsula del tiempo" repleta de tesoros tecnológicos? Esta hipótesis no se ha visto respaldada por ningún autor que hable de objetos ocultos en el interior de la esfinge.

El misterio continúa

¿Fue la esfinge un capricho de los arquitectos que aprovecharon las formas raras del macizo rocoso? ¿Es el Guardián de las Pirámides? ¿es un templo solar?

El destino ha querido que esta megalítica escultura siga siendo un enigma indescifrable.